La que ves sentada a la orilla de
la cama soy yo (Angélica), ahí recién levantada despeinada con un solo
propósito para hoy, el que ves ahí aun durmiendo sin remordimiento alguno es mi
pareja él es escritor, pero para sobre vivir trabaja de obrero, como te das
cuenta somos una pareja común, es así que si esperas algo espectacular te
sugiero que no sigas leyendo.
Es una hermosa mañana asoleada,
los pájaros cantando, el cielo despejado de un color azul hermoso, a pesar de
la fatal anoche que pase disfrutare este día; Descubrí que por tercera vez él me
engañaba con otra ¿Qué cómo puedo estar tan tranquila? Es su tercer engaño, bueno
eso creo, sepa el diablo cuántas más me ha engañado, si te preguntas ¿Cómo me siento? Te diré que tranquila y decidida
a no caer una vez más en sus dulces palabras, chantajes, manipulaciones y
promesas vacías. Anoche sí que estaba mal, llore, quise ahogar mis pensamientos,
sentimientos y cada una de sus palabras de amor acompañadas de promesas
incumplidas, arrepentimientos fingidos, desee con toda mi alma borrar sus
historias que escribió para mí, ya no me cuestionaba el ¿por qué? De su infame
traición, al fin comprendí que él es un corazón viciado y que nunca conocerá el
verdadero amor.
-Amor ya está el desayuno
-Ya cariño, ven que el día está
hermoso para partir
- ¿Fuiste por tamales? Olvidaste
que ya soy un hombre de fitnes que estoy cuidando mi figura
-¿Olvidarlo? no para nada, pero
me comentaste que podías darte un gusto un día al mes
- Tienes razón, a parte se ven
deliciosos
-Sí, me pare temprano para ir a
cómpralos
-Saben algo picosos me puedes dar
un café
- Claro mira ya tengo aquí la
taza es cuestión de prepáratelo ¿con dos o tres?
-Ya sabes
-Pero hoy le pondré 3
-¿No son muchas?
-¡No! Son las justas
-Te quedo ¡Chevere! No sabía que
le ponías 3
-Es que hoy es un café especial
-¿Un café especial?
-Sí, al igual que cada una de las
cucharadas de azúcar, una por Erika, otra por Lizbeth y la última por Karime
- ¡Qué! ¿Cómo sabes de Karime?
-Ya no tiene importancia disfruta
de nuestro último café juntos, en lo que te hace efecto las tres cucharadas de
arsénico, ¿Quieres más café, cariño?
-Y agradece que no le pusiera una
cuchara de arsénico, por cada traición, promesa incumplida, por cada poema
compartido, por cada falso te amo, por cada ilusión destruida, por cada viaje
no realizado
-¿Cómo te estas retorciendo, es de amor por mí?
-Babeas, a que es también por mí
-Quién diría que hoy podría yo
escribir un cuento cortó y tú ser el
protagonista principal amor
-Ves es un hermoso día para
partir
-Y yo despedirme de ese mal amor para ya no más volver.